Numerosas investigaciones han demostrado la relación entre diversos constructos psicológicos y la salud. El optimismo es uno de esos constructos, y se ha visto que es capaz de explicar por si mismo entre el 5 y el 10% de la varianza en la probabilidad de desarrollar determinados problemas de salud (con una correlación de .20 y .30), especialmente las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebro-vasculares, la depresión y el cáncer.
Además, se ha observado que los optimistas tienden a vivir de una manera mas saludable, fumando menos, siendo más físicamente activos, consumiendo más frutas y verduras y cantidades moderadas de alcohol, lo cual contribuye aún más a las diferencias en salud con los no optimistas.
Un meta-análisis ha confirmado la asunción de que el optimismo esta relacionado con el bienestar psicológico, poniendo de manifiesto que los optimistas tienden a emerger de las dificultades con menos angustia que los pesimistas. Además, la correlación pareceser atribuíble al estilo de afrontamiento ya que los optimistas tienden a enfrentarse a los problemas de cara, dando pasos decisivos y constructivos para resolver sus problemas, mientras que los pesimistas tienen mayor tendencia a abandonar sus esfuerzos para alcanzar sus metas.
Un punto interesante que remarcar es que a pesar de que se ha desmotrado de manera más o menos concluyente que los optimistas tienen menos probabilidades de desarrollar ciertas enfermedades, todavía no hay estudios que demuestren si es posible cambiar el nivel de optimismo de manera significativa mediante intervención psicológica.
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