lunes, 5 de diciembre de 2011

POSIBLES FORMAS DE PSICOTERAPIA PARA LOS TRASTORNOS ALIMENTARIOS


En apartados anteriores hemos informado de algunos trastornos de conducta alimentaria, y por desgracia, es un tema que está al orden del día
En esta nueva entrada me gustaría informar a nuestros lectores de posibles formas de psicoterapia para este tipo de trastorno.
Los TCA comparten síntomas somáticos y también psíquicos y es por eso que el tratamiento debe cubrir estos dos ámbitos.


Terapia gestalt: la situación “aquí y ahora” de la persona afectada constituye el punto de partida para el tratamiento. Si un paciente se queja en ese momento de su jefe, ése será el tema concreto de conversación. La entonación, la mímica y la gesticulación corporal transmiten informaciones más importantes que la pregunta por la última comida.
Psicoanálisis: escuela terapéutica que parte de un conflicto inconsciente como causa de la enfermedad. Quien no come, quizá tema hacerse adulto, porque ha tenido una vivencia muy desagradable con personas mayores. Cuando estos sentimientos van tornándose conscientes en el curso de un tratamiento de varios años, se pueden mitigar las secuelas de las vivencias traumáticas y fomentar nuevas experiencias.
Terapia sistémica: en la concepción sistémica, el hombre es sobre todo una parte de la estructura de relación de su entorno. Los síntomas de enfermedad son la expresión de un patrón determinado de relación. Una hija rechaza, por ejemplo, la comida porque rechaza a su madre, pero esto no lo puede decir. Con las intervenciones terapéuticas se pretende sacar a la luz estos patrones y ampliar las posibilidades de actuación de los afectados.
Terapia conductual: método que contiene un espectro de técnicas, cuyos fundamentos son las leyes de aprendizaje, los conocimientos de la psicología experimental y social y los conocimientos médicos del cuerpo. Las personas con trastornos alimentarios aprenden poco a poco a comportarse en situaciones que temen: comer periódicamente y combatir su imagen espectacular.
Las diferencias individuales hacen que los motivos que llevan a una persona a padecer de este tipo de trastorno sea diferente y por tanto el tratamiento también debe ser diferente.
Desde aquí, queremos mandar nuestro más sincero apoyo a estas personas y decir que actualmente hay muchas ramas de la psicología que tratan sobre este desagradable tema y los resultados satisfactorios van en aumento. ÁNIMO!


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